La sauna es un lugar que puede aportar muchos beneficios a la salud física y mental. Sin embargo, es útil conocer algunas normas básicas de uso y consejos prácticos. Descubre cómo utilizar la sauna y disfruta al máximo de esta forma de relajación.
Preparación para la sesión de sauna
La preparación para las saunas debe comenzar con mucha antelación. Una hora antes de la sesión, debes abstenerte de ingerir comidas difíciles de digerir. No bebas alcohol ni bebidas con cafeína, que pueden afectar negativamente al organismo durante las altas temperaturas. Antes de entrar en la sauna, conviene lavarse bien el cuerpo en la ducha. Esto permite eliminar el sudor y la suciedad, lo cual es importante no sólo por razones higiénicas, sino también por motivos de salud y cuidado. La limpieza a fondo del cuerpo ayuda a abrir los poros de la piel contra la sudoración intensa. Recuerda también secarte el cuerpo después del baño: la piel seca se calienta más rápidamente.
Ropa y accesorios
En muchos lugares públicos, la norma es utilizar toallas o sábanas especiales en lugar de los clásicos bañadores, que pueden impedir una circulación adecuada del aire. En las saunas privadas de jardín no existen tales restricciones. Es importante que lleves contigo una toalla para colocarla en el banco y garantizar la higiene y la comodidad mientras paseas. En el caso de una sauna de vapor, la toalla también protege del contacto directo con una superficie demasiado caliente. Algunos usuarios de la sauna prefieren utilizarla desnudos. Aunque este método aumenta la eficacia de la sauna, en muchas culturas es costumbre utilizar la sauna en traje de baño o tapado. Además, es buena idea llevar chanclas para garantizar la seguridad al moverse por suelos mojados.
Elegir la temperatura adecuada
La temperatura de la sauna debe adaptarse a las preferencias individuales y a la experiencia del usuario. Para los principiantes, se recomienda una temperatura de entre 60 y 70 grados Celsius. Los más avanzados pueden optar por gamas más altas, de 80 a incluso 100 grados.
Duración de la sesión
El tiempo óptimo de permanencia en la sauna es de entre 10 y 15 minutos por sesión. Las personas más experimentadas pueden prolongar este tiempo, pero no debe superarse el límite de unos 20 minutos sin consultar al médico. Es importante escuchar a tu cuerpo. Si sientes cualquier signo de malestar o mareo, abandona la cabina inmediatamente.
Hidratación del cuerpo
Cuando utilices la sauna, es muy importante reponer líquidos con regularidad. La sudoración intensa provoca la pérdida de grandes cantidades de agua y electrolitos del organismo, por lo que es aconsejable beber agua o bebidas isotónicas antes y después de la sesión.
Descanso entre sesiones
Entre una visita y otra a la sauna, es importante que te des tiempo para relajarte. Al menos el mismo tiempo que hayas pasado en la cabina termal debes pasarlo relajándote fuera de ella.
Después de cada sesión en una cabina caliente, enfría tu cuerpo en una ducha fría o sumérgete en una piscina a menor temperatura durante unos minutos. Si esto no es posible, puedes salir al aire libre y respirar profundamente. El enfriamiento ayuda a cerrar los poros de la piel, estimula la circulación sanguínea, ralentiza el ritmo cardiaco y estabiliza la respiración. Un descanso de este tipo minimiza el riesgo de sobrecalentamiento y te prepara mejor para tu próxima sesión de sauna.
Contraindicaciones del uso de la sauna: ¿cuándo debes tener cuidado?
Antes de decidirte a utilizar una sauna, es muy importante que conozcas las posibles contraindicaciones. Las personas que padezcan ciertas afecciones cardiacas, hipertensión arterial y las mujeres embarazadas deben consultar a su médico antes de visitar la sauna por primera vez. La elevada temperatura de una sauna finlandesa puede suponer un riesgo para las personas con problemas cardiacos, por lo que es sumamente importante no ignorar estas advertencias. Las personas que luchan contra dolencias de distinta naturaleza o tienen dudas sobre su salud deben consultar siempre a un médico antes de decidirse a utilizar una sauna. Las normas de uso de la sauna están diseñadas para que la sauna sea segura y beneficiosa para tu salud, por lo que siempre debes seguir las recomendaciones de los especialistas y escuchar las señales que te envía tu propio cuerpo.
Resumen
El uso regular de la sauna puede mejorar significativamente el bienestar y la salud de cualquier usuario, independientemente de su edad o nivel de actividad física. Sin embargo, no está de más recordar las normas básicas de seguridad. Tenerlos en cuenta y escuchar las necesidades de tu cuerpo te ayudará a evitar posibles efectos secundarios negativos.